Marvin Ramirez

Para El Amor De Mi Vida

Necesito expresarte que eres el amor de mi vida, la melodía que acompaña cada latido de mi corazón.

 

Tal vez no te hayas percatado de la profundidad de mis sentimientos, de cómo cada fibra de mi ser vibra con tu presencia. Pero en el silencio de mis pensamientos, en el murmullo de mis versos, tu nombre se convierte en una oración, un suspiro que escapa de mis labios.

 

Cada lunar que adorna tu piel es una constelación que ilumina mis sueños, un mapa hacia la felicidad que solo encuentro en ti. El anhelo de besar tus labios se convierte en el aire que respiro, en la vida que me impulsa a seguir adelante. Rozar tu piel, aunque sea por un instante, es la felicidad que mi alma anhela, el consuelo que encuentro en tu cercanía.

 

Ver la dulzura de tu sonrisa es, sin duda, mi razón primordial de existir. Es el faro que guía mis pasos, el sol radiante que disipa cualquier sombra, por densa que sea, en mi camino. Cada curva de tus labios al sonreír es un poema en sí mismo, una melodía que resuena en lo más profundo de mi ser y me llena de una alegría inmensurable.

 

Observar cómo el viento, con su delicadeza juguetona, danza entre los mechones de tu cabello, creando formas efímeras y cambiantes, es el espectáculo más hermoso que mis ojos tienen el privilegio de contemplar. Es una obra de arte en movimiento, una sinfonía visual que me hipnotiza y me sumerge en un estado de profunda admiración. Cada vez que veo ese baile, siento una conexión inquebrantable contigo y con la belleza que emanas.

 

Todo de ti, sin excepción, me enamora perdidamente, todo de ti me encanta con una intensidad que no puedo describir con palabras. Tu risa, ese sonido cristalino y contagioso, es la música más dulce que mis oídos pueden percibir, capaz de iluminar hasta el día más gris. Tu voz, con su tono suave y melódico, es un susurro que acaricia mi alma, un bálsamo que me reconforta en cada momento. Y la forma en que tu respiración se altera suavemente mientras duermes, ese ritmo sereno y constante, es un testimonio de tu vulnerabilidad y tu paz, un detalle íntimo que atesoro.

 

Pero, sobre todo, me fascina la forma única y especial en que pronuncias mi nombre. Hay en esa articulación un matiz, una inflexión, una cadencia que lo hace distinto de cualquier otra voz, que lo convierte en un susurro cargado de significado y cariño. Es un sonido que me envuelve, me define y me hace sentir infinitamente amado. Es en esos pequeños detalles, en esas manifestaciones sutiles, donde encuentro la verdadera esencia de mi amor por ti.

 

Eres la joya más preciada que tengo en mi vida, el tesoro más valioso que he encontrado. Eres mi ángel, mi guía, la luz que ilumina mi sendero y me acompaña en cada paso.