1°
El hombre se escurre como el agua en su larga
despedida,
por las calles de la ciudad
que crece y se hace más peligrosa
siempre,
todos los días,
con los pasos cada vez más cortos,
que se van acumulando,
mientras sus ojos van reflejando la luz
como una piedra
¡Siempre nos vamos yendo, marchando
en silencio
con las vendimias destrozadas,
las deudas, el mismo par de pantalones
y un largo amén…!
Siempre nos falta Dios, siempre se nos va,
mientras nos vamos quedando
bajo un montón de amapolas,
imaginando cómo será la vida inmaterial,
después que nos ladraron
todos los perros del camino.
Siempre estamos pensando en cómo será ir
desapareciendo del pensamiento
de la gente,
del aire superior, epistolario
que nos agarra del brazo
y nos hace regresar solo al atardecer…
2°
Tú sabes encender la luz en las penumbras
estrangulando alguna estrella,
bajo la espesa sombra
del silencio
Tu sabes calcinar al cuerpo que se esparce
por el suelo, aquel
que desde su ceniza te dice “bésame…”
El tiempo llega despacio, se entretiene
entre los ojos
y la sangre sube
con todo su perfume por las bocas
que están como mar besando
al mundo que ya no puede contener.
La húmeda piel como un enorme campo
arrasado
también murmura “bésame…bésame”
Dormida o en movimiento, tus manos, junto
a las manos del aire
endulzan
el parpadear de los cuerpos
que sumidos en un río de alfabetos rotos
van avanzando hacia su muerte
Nadie llegaría tan lejos si no nos arrastraran
los rastros húmedos
de alguna abeja
que a manos llenas nos espina
el sueño
Es así que seguimos, una y otra vez, en la ruta
del destino,
entre la luz y la sombra del desvelo…
Es así que te recuerdo y a través del aire
te invoco diciendo “bésame…”
3°
Porque tu regresas siempre, para abrigar
la morada
de la agreste fiebre de frío
que corta como un cuchillo desafilado, el largo
camino de la noche.
Los barrotes están vivos y los altos muros
florecientes,
el café oscuro espera
y yo estoy pensando en ti,
en los cielos de esos mundos callados
donde ya no cabe la tristeza.
¿Porque?
¿Porque una mariposa revoloteando llega
y una paloma canta,
como si me cantara?
Quizás recordarte, pensar en ti mirando
el horizonte
es invocar con la voz de todo el cuerpo,
a los pájaros de luz con quienes te has ido
y pedirles
me arrastre
hacia ese beso que dejé olvidado y aun
hace estremecer al aire
4°
Estas tratando de atrapar el palpitar de la herida,
aún caliente,
sobreviviente,
al lado del corazón plegado sobre sí mismo.
Estas tratando de no huir
de las palabras,
de aquellas que siempre llaman
desde el sueño, desde el destino,
desde la luz que nunca muere…
Te miro las manos, con su rosario y las plegarias
acumuladas
y toda esta excavación
ensayando
la recuperación de tu existencia
Te miran también mis sombras como si
te oyeran hablarle
a la paloma asustada que venció
al enorme reino de los amores sepultados.
Quisiera recoger mi imagen besando tu montaña,
rescatar mi angurria
sobre el sol resbalando
allí donde germina tu corazón
y se hace dulce la luz
de los abandonados.
Quisiera estar menos adolorido,
junto a la única rosa que sobrevive como alma
en mi corazón.
5°
Cada instante con su cansancio,
con su montón de tierra,
sus huesos, sus rejas,
su sed de mediodía, su bullicio desdeñoso
su ausencia y su infinita noche,
y su color oscuro, sus ojeras
su soledad y su traje negro.
Cada momento con su espejo y su luna
sonriente,
sus ángeles caídos, sus mariposas
moribundas
cada minuto, cada segundo…
Tan ardua la tarde,
tan lenta la hora, tan viejo el reloj
tan larga la noche,
tan pesado el silencio, como una loza
callando,
insistentemente muriendo…
Tan duro el olvido, el dolor cruzado,
la ubre de llanto,
el profundo sueño, tan difícil
tan transparente,
tan nadie, tan nada, tan solo,
tan solo…
No acaba, no acaba la espera
la desnudez total, la ausencia,
los versos tristes, la puerta lacrada,
la boca abierta, el beso suave, erótico,
interminable,
la respiración, los pájaros ardientes,
la religión del cuerpo,
los grillos del aire, los orgasmos,
la suave boca en la raíz de las rosas,
la mirada húmeda,
la luz quedándose adentro, derramándose
no acaba, no acaba…