Ya no te busco detrás de la puerta.
No espero verte en el rellano, no miro la acera entre sombras buscando tu silueta.
No te vienes a mi para perturbar mis sueños, no anelo tus besos no me importan tus caricias.
Te he perdido en lo más profundo y suenas como las campanas lejanas que a nadie importan.
Te comparto entre palabras sueltas de conversaciones banales.
Lo que fue mi mundo es hoy el espejismo de lo amado.
Ya no te busco.