Ya no te amo, pero sigo aquí,
como alguien que finge amor para no admitir el fin,
preguntándome:
¿cuándo fue el día que dejé de sentir algo por ti?
Tal vez fue aquel día,
ese en donde me decepcionaste y te perdoné.
Pero entonces
una parte de mí ya no quiso volver,
deteniéndome de irme por no saber perder.
Porque hubo un día en el que
tus ojos brillaban como dos faros que me guiaban.