Tu amor, juraste, era eterno, un fuego inmortal, un cielo tierno, pero mentiste,todo fue nada, un eco hueco promesa quebrada.
Te vas, te deslizas, sin peso, sin lucha como si el amor fuera solo una pluma, no quisiste quedarte, no quisiste pelear, solo huir, dejarme sin mirar atrás.
Maldigo el engaño de tus palabras dulces que ardían en mi pecho, que hoy son cruces. ¿Eterno, dijiste? ¡Qué vil traición! Tu amor era arena, no un corazón.
Me quedo en la ruina, con rabia y cenizas mientras tú sigues libre, sin culpas precisas. No luchaste por nada, no enfrentaste el dolor y yo, ciego, creí en tu falso amor.
Vete, pues, con tu alma que nunca se entrega, que huye del combate, que al miedo se pega.
Pero que sepas, en mi furia hay verdad, mi enojo es mi fuerza, no me hundirás jamás.