Persiste un dolor
en la apostilla de La Haya
y hay una fisura
en el hueso vallejano
y la mirada impenitente.
Una entrada al cine
viene en cajita plateada
con bordes de nacar
y gotas de lágrimas de Buffon
al quedar Italia eliminada
del mundial del dos mil diez y ocho.
Esta cinta de color
que recoge el largo de mi cabello
se parece mucho
a la que usara
la señorita Charlotte Corday
cuando dio muerte a Marat a cuchilladas.
No hay nada perdido
(nadie se apaga de repente)
y contamos en forma ascendente
y sucesiva, número tras número
y piedra sobre piedra.
Nuevos arquetipos junguianos:
La mujer forzada
el gigante Rasputín
o el gordo simpático,
enorme como un elefante.
Ninguno se acuerda del licántropo
salvo para dispararle
por la espalda,
hondo,
por la espalda.
OLLIN
16/11/2017