Son sus palabras sinceras
causa de tanta alegría,
fascinante melodía
entre mis horas postreras;
son bellas aves ligeras
que me llenan de armonía,
de dulce melancolía:
sorpresas que ya no esperas;
muchas gracias, mis amigos,
lo digo de corazón,
por su franqueza y verdad;
son auténticos testigos
de esta tan dulce emoción,
por tan perenne amistad...