La Ley Diabólica (crítica institucional)
Se viste con togado y con decoro
se llama imparcialidad… pero condena
a quien rompe el silencio y no la escena,
a quien denuncia, no al que da el oro.
Declama justicia desde su foro
pero en su ciega balanza resuena
el peso de una historia que encadena
a quienes se defienden con su lloro.
El averno aquí no solo viola: justifica.
Culpa a la víctima, al cuerpo, a la falda.
Libera al agresor, pide mesura.
No lleva cuernos: firma, y certifica.
Y el grito de quien sufre, cuando estalla
se ahoga entre sus muros de estructura.
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Gracias a Antonio Miguel por su soneto de hoy, que me ha llevado a rescatar estas letras que por ser diabólica escapan a la métrica.
Cuidado amigos! El Diablo anda suelto y a sus anchas, aunque en el video esta enfermo, o finge estarlo, para librarse del varapalo.