Prefiero un esqueje a una queja,
Tomar decisiones sobre aquello
Que sí puedo alterar, para llegar
Al lago de la serenidad.
Saber en todo momento,
Que solo soy un inquilino de este planeta,
Y que la mejor de todas las metas
Es la acumulación de actos precisos
Para que, en nuestra ausencia,
Queden más flores que piedras,
Y un fresco aroma que regale a los nuestros,
Coloridos recuerdos como amapolas.
Por todo ello elijo ser jardinero del verde
Y la azucena,
Apicultor de miradas,
Labrador de abrazos,
Viticultor de besos,
Y campesino en el otoño de ámbar.
Siempre un esqueje,
Nunca una queja.