El diablo. (Soneto)
Que ya no tiene cuernos, sí corbata
y firma con sonrisa el desconsuelo;
predica libertad, pero es el hielo...
que adorna la traición con buena plata.
No teme a la verdad: la desbarata.
Y siembra en cada voz su sucio lelo;
vende el dolor, que llega de su cielo,
y cobra por rezar... ¡qué gran pirata!
No asusta con azufre ni tridente:
el te habla como amigo, dulce y manso,
te ofrece lo que quieres... y te miente.
Mas todo lo que da lo cobra en llanto,
y el alma que se vende, eternamente,
descubre que el infierno... estaba al tanto.