Atrapado en este cuerpo que se pudre lentamente
las botellas acumuladas bajo el colchón
los condones empapados de sangre y excremento
los tengo clavados a la pared
como recuerdos de noches absurdas
donde pensaba que la vida era algo más
que un estúpido columpio emocional.
Me sostienen las sombras a la cama
ya no hay droga que me anime el alma
todo es tan vacío
tan superfluo
tan oscuro.
El sol me ciega, prefiero esta oscuridad
la pared negra me recuerda mi tormento interior
las cortadas me las hizo el gato
el gato que no tengo
y esas ojeras escondidas en maquillaje
no son por llorar.
Si pudiera exiliar mi alma en un cuerpo lejano
distante de la dinámica repetitiva de sonreir en las fotos
de agarrarse de la mano del amor de turno por las calles sucias
si pudiera exiliar mi alma del mundo material
de esta competencia vana de tener para ser
de ser para aparentar.
Pero no puedo
y esa es mi condena
esta cadena larguísima
de jugar a ser poeta
aunque solo sea basura.