**~EMYZAG~**

**~Novela Corta - La Mañana de Mañana~**

Novela Corta: La Mañana de Mañana

Por: Srta. Zoraya M. Rodríguez Sánchez

Seudónimo: EMYZAG

Comenzada: 25 de junio de 2025…

Publicada: 26 de junio de 2025…

Terminada: 26 de junio de 2025…

Editada: 26 de junio de 2025…

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7156 Palabras 10 Páginas

 

~ * ~Sinopsis:

~ * ~ Ana Violeta dice siempre que en… ¨la mañana de mañana saldrá el sol nuevamente¨… a su vida después de tal suceso en su vida que la dejó atónita… 



Sucesos:

  1. Ana Violeta camina por el sendero más amargo de su existencia…
  2. Ana Violeta quedó destruida con ese suceso en su corta existencia…
  3. Ana Violeta cree que su vida cae en el lodo…
  4. Ana Violeta toma el control de su vida cuando expresa una frase…
  5. Ana Violeta expresa el significado de esa frase…
  6. Ana Violeta toma valentía, supremacía, y autoridad en su sola vida…
  7. Ana Violeta es como la gran suerte en querer ser lo que quiso ser…
  8. Ana Violeta va de rumbo hacia la mañana cuando ella ve el sol…
  9. Ana Violeta ve el cielo lleno de sol…
  10. Ana Violeta hace de su vida un sólo mañana…

 


Ana Violeta es una mujer de edad avanzada que en su vida hubo y existe un mal suceso. Un mal suceso hizo que Ana Violeta tomara riendas acerca de su vida, de su existencia y, más, de su solo vivir. Ana Violeta es una mujer mayor de edad y está cerca de la edad de oro. Ana Violeta se dedicó a ser fuerte como la vida misma, o sea, la vida con ella y ella con la vida. Ana Violeta camina por el sendero más amargo de su existencia cuando es como la hiel o como la verdad sincera por temer lo más incierto. La vida con ella y ella con la vida fue la vida más incierta, más efímera y más certera para Ana Violeta. Ana Violeta edificó un sólo tormento con aquella mala experiencia de vida que pasó en su vida. Ella nunca dio rienda suelta con lo que le sucedió. Ana Violeta fue la mujer más fuerte, más indeleble, y con más fortaleza en atraer a la sola razón en el tiempo y, más, como una sola verdad efímera. Ana Violeta quiso ser como la mujer más fuerte, más audaz y tan tenaz como ávida en el tormento cuando desde joven le sucedió algo que le hizo sentir más fuerte, ávida y, más, codiciada durante su vida. Ese algo o mal suceso, del cual ella nunca habló, la hizo más fuerte, más indeleble y más audaz. La vida quiso ser fuerte y, más, que el deseo como es la vida con ella y ella con la vida. La vida de Ana Violeta quedó como el deseo o como el rencor abatido con la única fuerza y fortaleza en una sola conmísera vida con ese mal suceso que le ocurrió de joven y sin expresar la mala situación, así, quedó la mujer. Ana Violeta quedó como el recelo de vida atrayendo la fuerza, las fortalezas y lo grato de esos buenos momentos que ha pasado desde aquel mal suceso que pasó en su sola vida y en su sola existencia. Ana Violeta quiso ser como la buena suerte cuando en el tiempo y, más, en el celo de la vida y en el ocaso advierte que es la vida con ella y ella con la vida. El tiempo no expiró como caducó la fuerza y la esperanza en creer que la verdad solapa una sola fuerza en creer que la vida es como es, pero, sin esperar por la fuerza de Ana Violeta con la vida. Ana Violeta  intensificó la vida y la forma de atraer lo bueno y lo grato a su perfecta vida, a su existencia cuando ella con la vida, y la vida con ella la dejó como un mojigato o como guiñapo en un tropel con un mal suceso. La vida para Ana Violeta quedó como el deseo o como el mismo tormento cuando la vida quiso ser como el mismo aire o el viento llevando la sola verdad en cada recelo del solo existir. La vida de Ana Violeta fue un ingrato momento cuando en el altercado frío se dedicó en fuerzas y en fortalezas gratas en creer en el combate de dar una sola osadía en su corta existencia y en la fuerza en la espera de esperar por el buen tiempo que vivió después de ese mal suceso en su vida. Ana Violeta no le cuenta sus penas ni dolores a nadie desde que le sucede lo que le sucede. Ana Violeta caminó por el más amargo de los senderos cuando en su insistente vida le hace ver el cielo lleno de todo un sol cuando le viene algo a la mente. Ana Violeta hace ver al cielo lleno de todo un sol predestinado y tan fuerte como es la luz universal. Ana Violeta se siente como el pasaje de ida y sin vuelta. La vida con ella y ella con la vida, se cuece de espantos inseguros cuando en el alma y más en el corazón de Ana Violeta se siente como el recelo de la única verdad en que el destino aflojó la sola verdad que en el silencio la hace ser más valiente y tener agallas la hace ser con más ímpetu en sobresalir, continuar y seguir en la vida. Ana Violeta edificó el tormento sin ver el pasaje de ida y sin regreso automatizando la única espera de esperar por el buen tiempo, por lo bueno y grato de una sola prosperidad. Ana Violeta creó lo más imposible de lo posible cuando en el ámbito terrestre quiso ser la mujer más fuerte de las mujeres soportando la ira y la única verdad de que el silencio es como es cuando el mal suceso le hizo ver el sol en el mismo cielo. Sucumbiendo y zozobrando en el mal tiempo cuando caducó ese mal tiempo, pero, sólo le llegó la buena suerte a ella, sí, a Ana Violeta. 

Ana Violeta quedó destruida con ese mal suceso en su corta existencia. El mal suceso en la vida de Ana Violeta la dejó como un mismo mal tropel, como un mojigato o un guiñapo, sí, pero, ella nunca le habló a nadie acerca de ese mal suceso cuando le pasó en su corta existencia. Ana Violeta calló como toda dama ante ese mal suceso y edificó su forma para ser valiente. Ana Violeta, con valentía y gallardía, quiso ser como los celos de vida derribando a ese mal suceso en su vida cuando en el tiempo y sin salir a la luz, aún, quedó inmuta, enmudecida, y muy callada con una rebelión de la vida con ella y ella con la vida. Ana Violeta se acercó a la era trascendental llevando en su insistente valentía a la vida. Ella sólo quiso ser por quedar tan destruida con ese mal suceso en su corta existencia porque la dejó como un sólo tropel. Ana Violeta formó su ilusión y su devastada forma en caer en redención fortaleciendo la vida como la forma más irreverente de todos los malos tiempos. Ana Violeta quedó como el tiempo cuando cae lluvia sin redención y sin compasión, pero, el tiempo vuelve a ser sol al otro día, así, es la nueva existencia para Ana Violeta. Ana Violeta quedó destruida y muy compasiva cuando en el tormento y, más, en la salida de ese mal suceso la hizo ver el cielo lleno de todo un sol en el mismo cielo cuando le sucedió. Ana Violeta creó una fuerza en la esperanza que tomó como rehén en su corta existencia cuando ya le ocurrió lo peor, sí, y, sintiendo proezas indelebles, quedó como el mismo frío tormento. Ana Violeta quedó como el celo de la única verdad porque el cielo se llenó de lluvia sin el rencor de la existencia. Ana Violeta quedó como el cielo lleno de lluvia torrencial sin ser esporádica y, quedó como la más cruel tempestad, pero, después, sólo, vio a todo un cielo lleno de un sólo sol. Ana Violeta quedó como el tormento en el alma y, más, en el frío ocaso que por delante de la fría verdad, edificó en su corta existencia que sólo el aire o el viento socavó muy dentro de la fría verdad. Ana Violeta quedó totalmente destruida por ese mal suceso en su corta existencia cuando en el tiempo y, más, en el destiempo, quedó como un mojigato y un guiñapo dejando un tropel de sensaciones sin sensibilidades. La espera inesperada de creer en el alma y, más, en el corazón dejando abierto un corazón al descubierto sólo, socavó con la maldita fuerza de ver el cielo con el mismo sol de siempre sin la lluvia torrencial ni la amarga tempestad que cayó sobre ella y con ese mal suceso, si es la vida con ella y ella con la vida. Ana Violeta quedó devastada, destruida y muy acelerada de espantos cuando aquella noche llegó a su hogar sin mediar palabra alguna a nadie. Ana Violeta calló lo que calla una dama, dejando en subrepticio calor un frío que arropó su alma y, más, el corazón. Ana Violeta quiso ser como la pureza del alma, flotar entre nubes de terciopelo y, saber que en las nubes puede volar como todo ave en pura libertad. Ana Violeta dejó todo por ser feliz y fue feliz, sí, cuando fue hecha un mojigato, o un guiñapo con un tropel de sensaciones incoloras desde aquella noche. Y, al otro día, Ana Violeta se levantó de la cama y en la habitación se dijo que en el cielo volvió a salir el sol. Y, sí, eso era como todo un sueño delictivo demostrando que se puede edificar la vida y, más, la forma de ver el cielo lleno y de todo un sol. Si en el cielo cayó un torrente de sensaciones gratas cuando el tormento edificó el más recelo de la vida cuando en el alma y, más, en el solo corazón se destruyó como la única forma de ver el cielo lleno de lluvia cayendo con gotas fuertes en la misma piel. Y, sí, que fue en esa noche que cayó el dolor y la sola destrucción inocua, pero, tan dañina como el reflejo en un sólo espejo del mal insoportable que cayó en la vida de Ana Violeta tormentosa de espantos. 

Ana Violeta cree que su vida cae en el lodo porque quedó totalmente destruida en esa noche fría. Ana Violeta quedó como un guiñapo, o como un mojigato, o peor, aún, como un sólo mal tropel porque dejó la vida en el sentido de sentir rencor y odio como la única fría verdad cuando, sólo, soltó una fría carcajada cuando se levantó de esa más terrible noche. Ana Violeta quedó como la única verdad cuando en el ocaso permaneció como el frío desierto cuando fue destruida totalmente por aquella noche cuando le sucedió todo lo que le ocurrió. Ana Violeta sintió que su vida estaba como en el lodo sucumbiendo en un sólo trance delictivo. Ana Violeta quedó como el dolor o como la fuerza en derredor cuando en el tiempo ocurrió el mal sucedido en su vida. Ana Violeta creó en la fuerza o en el suplicio de su alma y de su solo corazón una sola cosa y es que el instante se cuece el alma y el corazón dejando la única verdad en su solo corazón y es que ella siente que su vida está en ese cruel momento en el mismo lodo. Ana Violeta siente que su vida y que su mundo están en el lodo sucumbiendo en un sólo mal desaire cuando perdió todo esa fría noche porque se fue para su hogar calladamente e inmutada con el alma y con el corazón por callar lo que calla una dama. La fuerza y la esperanza en Ana Violeta cree que el mundo es pasajero como el vil tormento, pero, en su alma una sola cosa y es que el mundo se detuvo en ese mal instante cuando quedó su vida como el frío lodo. Ana Violeta irrumpió en un sólo mal momento cuando en el alma y en su solo corazón erizó como la piel con fríos cuando se halla en el solo lodo. Y, fríamente en el desierto ocurrió el desastre de creer en el alma muerta de espantos cuando a Ana Violeta le ocurrió el mal suceso desenfrenadamente vil y de un sólo lodo. El alma y el corazón de Ana Violeta edificaron el tormento cuando encrudece de espantos nocturnos cuando ella lo recuerda todo y calladamente se fue a su hogar e inmutando el alma y el corazón se entristeció tanto y por todo que se deleitó su forma de creer que su vida está en el lodo. Ana Violeta nunca más sentirá que su vida está en el lodo cuando le ocurre el reflejo en revelar la pura verdad de que su vida se halla en el lodo y buscando la frialdad dentro del alma y del corazón ama como nunca antes viendo el sol en cada crepúsculo del amanecer por ver al sol, sólo, en el mismo cielo donde se cuece el alma y el corazón de esperar lo inesperado. Ana Violeta quedó como el torrente sin sensación cuando le ocurrió la transitoria noche. A Ana Violeta le ocurre la más vil de las sensaciones cuando cree que su vida está en el lodo como irrumpir el más nefasto de los dolores y, ocurre el desenfreno de ver la vida como un tormentoso mal momento porque en aquella noche calló lo que calla toda una dama. Ana Violeta dejó de irrumpir el frío desenfreno en ver y sentir que su vida estuvo en el lodo porque en el alma y en su corazón vio al sol en un sólo amanecer en un crepúsculo lleno de sol en el mismo cielo donde se atormentó la vida y, más, la fría verdad cuando el sentido se siente como estar en un frío lodo. Ana Violeta quedó en un suburbio automatizado en la mala espera inesperada de creer en el alma y, más, en el corazón lleno de un sólo lodo. La fría verdad quedó como el capricho exótico con el recelo de una verdad que quedó como el frío desolador cuando en el alma y, más, en el frío desierto, quedó como todo el lodo que ella sintió en su pecho cuando le ocurrió el mal suceso. La verdad es que el cielo quedó con todo el sol y como una sola verdad cuando el sol apareció en el cielo en un lindo y bello amanecer. La vida de Ana Violeta quedó como el lodo, solamente, en aquel momento cuando le ocurrió el mal suceso de esa vil noche.

Ana Violeta toma el control de su vida cuando expresa una frase. La frase es más indeleble como aquel mal tormento cuando un mal suceso le ocurrió a ella en una vil noche. Ella expresa una frase, de tal forma, que le sirvió de inspiración y para aspirar a ser mejor mujer que antes. La frase está llena de sabiduría porque fue la única que dice, Ana Violeta y dice así… -¨la mañana de mañana saldrá el sol nuevamente¨-. Ana Violeta siente que el control de su existir la lleva hacia la magia universal de la vida misma cuando el control se debate en capricho exótico. Ana Violeta quedó con el solo control en la forma de ver al cielo como todo un sol dispuesto a dar la luz a todos por igual. Ana Violeta quedó como todo el control del mundo cuando en el desierto edificó un frío tormento como la vez aquella que se siente como todo el control de su vida cuando ella expresa la frase más llena de sabiduría, la cual, es… -¨la mañana de mañana saldrá el sol nuevamente¨-. Ana Violeta quedó como el vil tormento en poder creer que su vida es un control como esa frase que le llena de pasión, coraje y de exactitud cuando toma el control de su vida después de edificar el tormento de amar a su propia vida y a su corta existencia. Ana Violeta quedó como el eterno control en su vida cuando edificó el alma y, más, el deseo en poder sentir que la frase es… -¨la mañana de mañana saldrá el sol nuevamente¨-. Esa frase llenó a Ana Violeta de sabiduría y de cálido tormento cuando en el alma y en su corazón sabe que el deleite se aferró a sentir el suave desenlace fatal por sentir ese control en el alma y, más, en el corazón para tomar más rienda y dominio en el camino. Ana Violeta grita en el alma y, más, grita en su solo corazón la frase que le llena de control y de insistencia, por la cual, expresa de la siguiente manera… -¨la mañana de mañana saldrá el sol nuevamente¨-. Ana Violeta se aferró a la idea más descabellada y, más, irreal en poder creer en el mal momento de ese mal suceso que le ocurrió a ella en una sola noche desolada. Ana Violeta quedó con el alma rota, con el corazón en pedazos y con el rencor en el camino en esa misma noche clandestina. Ana Violeta tuvo el control más eficaz de todos los tiempos cuando en el tiempo y, más, en el corazón se dedicó en fuerza y en espíritu por el amor de la vida por esa frase en el alma con una sola virtud que expresa así… -¨la mañana de mañana saldrá el sol nuevamente¨-. Ana Violeta se aferra a la idea y a la frase que dice así… -¨la mañana de mañana saldrá el sol nuevamente¨-, si es una frase, por la cual, se aterra en la sola sabiduría que comienza a discernir suavemente en el control de vida para Ana Violeta. Ana Violeta se aferra a la idea más efervescente por poder creer que su solo corazón se horroriza en poder saber de la cruda realidad y de la verdad más fría de todos los tiempos. La frase que expresa así… -¨la mañana de mañana saldrá el sol nuevamente¨-, es la frase que le dice echar hacia adelante, en contra de toda la lluvia y de la tempestad cuando al acecho Ana Violeta se siente como el combate más frío en querer abrir senda y brecha en la vida con sabiduría, raciocinio, y muy indeleble. Ana Violeta se ríe de la vida cuando por acecho se siente como el frío dolor o como la única verdad de que el instinto se aferra a la idea de entrever que la verdad es que la frase que expresa así… -¨la mañana de mañana saldrá el sol nuevamente¨-, es la gran suerte en amar lo que dice porque se identifica como sabiduría en hacer discernir en inteligible palabra la frase más dominante de un control de su vida. Ana Violeta se dedica en hacer borrar ese mal suceso de su vida, pero, sólo lo recuerda y lo identifica como el vil tormento de creer en el desastre frío de ver al cielo lleno de un sol nuevamente. El sol renace al otro día, después de una lluvia torrencial y no esporádica cuando le sucede ese mal suceso.

Ana Violeta expresa el significado de esa frase. La frase que se deleita con la única verdad de Ana Violeta porque le tiene un sólo significado y es que la sabiduría de esta frase se llena de rica sabiduría cuando en el alma y en el solo corazón no se detiene en un sólo afán dentro de la sola verdad. Ana Violeta le tiene un solo y gran significado a esa frase. Ana Violeta se sostiene de pie y se enfrenta a la vida con gallardía e ímpetu. Ana Violeta se aferra a la idea de ver al cielo lleno de todo un sol como la vez aquella que le sucedió lo que le sucedió en esa fría noche de lluvia y tempestad dejando en libertad a todo un sol que salió la mañana siguiente, o sea, en la mañana de mañana. Ana Violeta se aferra a la idea socavando en la piel y, más, en el tiempo una sola osadía por dar y otorgar un sólo significado a la frase que la dominó y que controla en forma firme y exacta a su vida después del aquel mal suceso. Ana Violeta se aferra a la idea de entrever a la sola razón en caer sobre el silencio cuando en el altercado friolero calla lo que calla una dama, cuando es la vida con ella, y ella con la vida. Ana Violeta se enfrenta con dolor y delirio penitente en echar hacia adelante. Ana Violeta se aterra a la idea por dar y otorgar un sólo significado a ésta frase cuando la lleva por el sendero mágico de la realidad. Ana Violeta se vio como la única verdad de que el significado de la sola verdad más edificada fue la razón perdida y el corazón roto como el venidero instante en que ella cree que la controla y la domina en el sentido de echar hacia adelante después de ese cruel y vil instante de ese mal suceso. Ana Violeta quedó aferrada a la idea de ver al cielo de azul y lleno de todo un sol cuando a la mañana de mañana salió ese resplandeciente sol en el cielo cuando le sucedió ese mal trance y ese mal suceso en la noche anterior. Mientras, que Ana Violeta se dedica a ser como el desafío inerte y con el corazón en pedazos, si se siente como el mal instante que el mal suceso le ocurrió cuando llegó la noche más larga del mundo, cuando en el mal momento el sol salió como la sorpresa más ideal de todos los malos tiempos. A Ana Violeta le ocurrió algo que calla, porque lo que calla es lo que calla una dama. Ana Violeta es como una sola verdad que sólo el significado de la frase es tentar a la suerte de creer en echar hacia adelante. Ana Violeta, sí, que echó hacia adelante, pues, ahora, es una señora de la edad de oro y de la fría verdad, aunque, en la noche llega el mal recuerdo de aquella gélida noche. Ana Violeta quedó encerrada de espantos cuando pudo saber del significado de la frase que dice así… -¨la mañana de mañana saldrá el sol nuevamente¨-. Y, sí, que Ana Violeta salió, pues, fue otro día en que el sol se divierte en el cielo dando toda su luz. Y a Ana Violeta le encantó el significado cuando en el deseo se convirtió en redención y en frío desenlace fatal cuando en el alma y, más, en su corazón echó hacia adelante. Ana Violeta quedó como el suburbio automatizando la espera inesperada de creer en el alma y, más, en el sólo corazón dentro del significado entre la razón y el corazón en pedazos y por salir hacia adelante cuando en… -¨la mañana de mañana saldrá el sol nuevamente¨-, y sí, que salió ese sol dando luz. Ana Violeta edificó el tormento y, más, la raíz dentro del ocaso frío y dentro de la redención en el alma fría que une a la palabra con la otra palabra en esa frase que dice así, -¨la mañana de mañana saldrá el sol nuevamente¨-. La frase de Ana Violeta se edificó, tanto y por tanto, que quedó atrapada y amarrada de un sólo espanto cuando le ocurrió el tormento frío en aquella noche fría de un silencio total y ella calla lo que calla una dama. El álgido viento corrió en el delirio delirante en dar una sola señal y fue el gran significado a esa linda frase que expresa así… -¨la mañana de mañana saldrá el sol nuevamente¨-.

Ana Violeta toma valentía, supremacía, y autoridad en su sola vida. La vida en el amanecer de esa mañana de mañana cayó en redención y en toda una luz desierta en que el alma y, más, el sólo corazón en pedazos quedó todo. Ana Violeta toma valentía, supremacía y gran autoridad en su sola vida, como un control dominante que edificó el alma y, más, el solo corazón cuando le sucede a ella lo peor que le puede ocurrir a una dama, porque lo que calla, es lo que calla una dama. Y, la vida con ella, y ella con la vida se aferró al calor cálido de ese sol como en la frase que expresa así… -¨la mañana de mañana saldrá el sol nuevamente¨-. Y, la vida con ella, y ella con la vida. Ana Violeta se vio aferrada al más cálido desenlace cuando en el alma y en el solo corazón en pedazos quedó totalmente adherida como imán. La frase con el significado más relevante, más codicioso y en ávido tormento Ana Violeta se vio como el pasaje de ida y sin regresos cuando en el combate del alma y de ese corazón, se llenó de valentía, supremacía y autoridad en su sola vida. La valentía en el corazón de Ana Violeta quedó como inmortal de espantos cuando en el suburbio del solo corazón, se llenó de iras adyacentes y de supremacía con la sola atracción en poder creer que la razón se convierte en vesania cuando sólo deseó salir del trance recto por el que le sucedió ese mal suceso. Ana Violeta quedó en un mal incurable cuando la valentía, y la supremacía yace de frente a ella como autoridad en decreto formando un sólo secreto cuando la frase tiene un sólo significado y es que… -¨la mañana de mañana saldrá el sol nuevamente¨-, porque será nuevamente todo un sol en el mismo cielo dando luz a todo en alrededor. El amor en Ana Violeta quedó malhumorado, espantoso, impetuoso, pero, muy ávido, tenaz y audaz en el sentimiento aflorando la sola verdad de que el tiempo transcurre lo que discurre en el alma y, más, en el corazón una sola idea en ver al cielo lleno de ese sol resplandeciente. La frase que derrite un sólo significado con valentía, supremacía y autoridad quedó por siempre grabada en el recuerdo y en la memoria de Ana Violeta. Ana Violeta quedó con el alma y, más, con el solo corazón en pedazos cuando aquella noche fue la noche más indeseada por un mal suceso, el cual, la dejó atónita, malhumorada y llena de deseos. La vida atormenta, bifurca y deja un solo mal deseo en convertir a la vida en valentía, supremacía y autoridad en una sola voluntad de tiempo y de contratiempo cuando el tiempo expiró y caducó por el temor de aquel suceso que dejó a Ana Violeta estupefacta. Ana Violeta y su voluntad fue por siempre tener esa frase con ese significado por siempre grabado en su mente y en su memoria, el cual, dice así… -¨la mañana de mañana saldrá el sol nuevamente¨- porque Ana Violeta  quedó sin ser a la deriva cuando el tiempo quiso y sucedió aquel mal suceso. La vida de Ana Violeta quedó petrificada, atónita, devastada, pero, se levantó de aquella noche fría y dijo que… -¨la mañana de mañana saldrá el sol nuevamente¨- y, así, fue el sol que alumbró la mañana siguiente después de una fría tempestad, la cual, se petrificó el alma y, más, el corazón. Ana Violeta prosiguió su vida porque la vida con ella y ella con la vida automatizando la espera inesperada de creer que la vida atormenta, bifurca y transgrede a la vida misma, pero, Ana Violeta tiene valentía, supremacía y autoridad de una voluntad en libertad. La vida de Ana Violeta quedó para siempre como… -¨la mañana de mañana saldrá el sol nuevamente¨- porque es la frase más deseada, venerada, edificada y muy inalterada cuando el sol salió al día siguiente, sí, en la mañana con un sol muy resplandeciente y su voluntad después de lo ocurrido fue piedad para su propia alma y corazón.

Ana Violeta es como la gran suerte en querer ser lo que quiso ser. Ana Violeta quiso ser una mujer capaz de lograr todo aquello que se propuso porque fue su cálida voluntad como el cálido sol que le alumbró la mañana siguiente de aquel mal suceso. Ana Violeta quiso ser todo aquello que se llama ser mujer no por el capricho exótico de haber hecho a la mujer un hombre sino que quiso enaltecer la palabra mujer siendo mujer porque así lo quiso el destino y no un hombre. La palabra mujer fue de la mujer Ana Violeta, una mujer de edad de oro, por la cual, sufrió penitentemente y muy indeleblemente aquella noche con la noche fría de una lluvia en frenesí. La palabra mujer para Ana Violeta fue querer ser todo lo que quiso ser sucumbiendo y zozobrando en la palabra mujer cuando la mujer es la que no impide ser mujer. Ana Violeta tuvo la suerte en ser lo que quiso ser porque cuando buscó halló lo que quiso encontrar y encontró lo que quiso buscar a una mujer hecha y realizada con el cálido sol de la otra mañana de aquella noche de soledad. Ana Violeta fue una mujer porque calló lo que calla toda una dama. Ana Violeta y la mujer fueron una como un sol alumbrando todo el cielo, pero, hubieron días de lluvia y de malos recuerdos cuando se petrificó la espera inesperada en socavar lo que dejó en penitencia a todo un sol en el mismo cielo que en aquella noche expresó que… -¨la mañana de mañana saldrá el sol nuevamente¨-. Ana Violeta, con valentía, supremacía y autoridad se siente deliberando a todo un sol como sus ojos resplandecieron aquella mañana de mañana con todo sol que alumbró a todos por igual y todo porque bajo el sol todos somos iguales. La vida de Ana Violeta fue que quiso ser todo aquello que quiso ser, paz, libertad, y voluntad en una misma mujer. Ana Violeta automatizó la espera inesperada en poder creer que llegó a la edad de oro con toda valentía, supremacía y voluntad por haber sido todo aquello que se llama mujer. Ana Violeta sucumbe en un trance de un mal percance con lo que le ocurrió en esa noche clandestina de lluvia y tempestad sin ser lluvia esporádica sino un tormento que la dejó atónita y estupefacta callando lo que calla una dama. Y, la vida con ella y ella con la vida, realizando un vuelo desde el suelo sin pauta ni causa cuando en el tormento se vio afectada, pero, no destruida cuando se dijo aquella noche que… -¨la mañana de mañana saldrá el sol nuevamente¨-. Y, así, fue que el tormento desapareció de la forma y manera que la mujer se convirtió en toda mujer. La vida de Ana Violeta se aferró como se aterró aquella noche de lluvia torrencial cuando el alma solapa una sola idea y fue convertirse en una mujer valiente sin temor ni ansiedades que le atormenten el alma y, más, el corazón roto y todo por aquel mal suceso porque logró ser valiente al edificar la palabra mujer. Ana Violeta fue la mujer de todo aquello que quiso ser y sin perder la voluntad ni la valentía quiso ser a ciencia incierta todo aquello que se llama ser mujer cuando arribó a la edad de oro sin solapar las edades anteriores. La vida de Ana Violeta quedó inmortalmente como la mujer que todo lo que quiso ser fue y sin excusas, miedos, temores ni ansiedades sino que todo fue aquello que quiso ser cuando el temor fundió una parte en su vida y fue el mal recuerdo que le atormenta, pero, ella recuerda siempre la frase con su significado de sabiduría, la cual, expresa así… -¨la mañana de mañana saldrá el sol nuevamente¨-. Y, el sol, sí, que renació en crepúsculo la mañana siguiente y quiso ser toda mujer, a pesar, del dolor, el miedo, la valentía y la voluntad en plena libertad. Ana Violeta sucumbió y zozobró en un deleite trascendental cuando en el alma y en la piel y, más, en el corazón se unen para dar rienda suelta a la mujer que quiso ser.

Ana Violeta va de rumbo hacia la mañana cuando ve el sol. Después de todo aquel mal suceso, Ana Violeta quiso ver el sol en la mañana siguiente y, así, fue su voluntad como la voluntad de todo un Dios, pero, aunque, se olvidó de los días lluviosos en aquella mañana regresaron los días lluviosos a su mundo. El mal recuerdo llevó a Ana Violeta ser atónita y estupefacta petrificando los días de lluvia en su mente y en su memoria y todo por aquel mal suceso. Ana Violeta quiso ver el sol al día siguiente de aquel terrible e insospechado y cruel momento y, así, fue su voluntad como la que posee todo un Dios porque es la vida con ella y ella con la vida y calló lo que calla una dama expresando la frase que dice así… -¨la mañana de mañana saldrá el sol nuevamente¨-. La vida para Ana Violeta quiso ser todo aquello que se llama ser mujer y, así, fue sin la ayuda de ningún hombre. Ana Violeta quedó como un mojigato, o un guiñapo o como un tropel de sensaciones frías cuando quedó atónita y estupefacta por esa mala noche en que se expresó así… -¨la mañana de mañana saldrá el sol nuevamente¨-. La vida para Ana Violeta quedó mortificada, pero, jamás destruida. La mujer de edad de oro, quedó fríamente adolorida, pero, sólo, con una libertad que le otorgó la voluntad en ver al cielo lleno de todo un sol en aquella mañana siguiente. La vida de Ana Violeta quedó en calor extremo con aquel rumbo que vio al sol en la mañana siguiente por querer ver al sol. Ana Violeta quiso ser como toda mujer fuerte, libre y con una fría voluntad y, así, que lo logró fuertemente. Desafortunadamente, la vida de Ana Violeta, quedó como la fuerza y como la libre libertad en querer soportar la luz del sol en aquella mañana siguiente cuando en la noche expresó que… -¨la mañana de mañana saldrá el sol nuevamente¨-. La vida de Ana Violeta quedó en redención y en compasión de toda una sola voluntad cuando en vaticinio o premonición quiso y expresó la frase más controversial de todo momento que es… -¨la mañana de mañana saldrá el sol nuevamente¨-, y, así, Ana Violeta fue como el silencio y calló todo lo que calla una dama. Y, es la vida con ella, y ella con la vida. Ana Violeta automatizó la espera inesperada de un sólo mal tiempo, cuando en el alma y, más, en aquel mal suceso en su vida cuando joven la dejó marcada, pero, no destruida. Ana Violeta dejó un suburbio en un corazón en pedazos ya roto y compungido quedó adolorido y muy herido, cuando en el alma y en el corazón hay un fuego clandestino como la luz universal dentro de ese sol. Ana Violeta quedó atemorizada de un sólo espanto cuando en aquella noche quedó el sol petrificado en sus ojos y, más, en su vida. Ana Violeta quedó en un suburbio de un sólo corazón en pedazos y en silencio calló todo lo que calla una dama. La mujer de edad de oro quiso ser la mujer de un todo cuando en la fuerza y en la fortaleza quedó como una mujer fuerte y clandestina como la vida y como ese sol en el mismo cielo de la mañana de mañana que salió como toda luz en el cielo. Ana Violeta quedó como el sol en el cielo y, más, como toda mujer de edad de oro deseando abrir brecha en un cielo lleno de luz como la del sol. Ana Violeta sucumbió en un trance de un sólo mal percance cuando le ocurrió todo aquello en la noche anterior por expresar lo que dijo que… -¨la mañana de mañana saldrá el sol nuevamente¨-. La mujer, sólo, renació mujer, y vivió la mujer como todo un sol en el cielo y sin ser destruida fue la mujer llamada Ana Violeta. Ana Violeta vio al sol, si así, fue su voluntad y lo observó como toda mujer después de aquel mal suceso y, así, fue su voluntad en querer ser la mujer que quiso ser. Ana Violeta no enredó su forma exacta en ser lo que quiso ser. Ana Violeta vio al sol y, más, quiso ser como todo el sol y, así, fue cuando ella llegó a la edad de oro.

Ana Violeta quiso ser la mujer más fuerte, pero, en la mañana siguiente sólo quiso ser como el mismo sol en el cielo. La lluvia en el cielo mortificó de espantos nocturnos cuando logró lo que nunca. Ana Violeta quedó con el dolor fuerte, pertinaz y suspicaz dentro del coraje del corazón, pero, no destruida con la fuerza de una espera inesperada. Ana Violeta quedó con la única fuerza de creer en el alma y, más, en el amor sucumbiendo y zozobrando una magia espeluznante cuando sólo quedó como el sol en el mismo cielo. Ana Violeta quedó como el sol en el cielo deseando abrir brecha y ser espeluznantemente abatida como el sol nuestro en el cielo mismo. Ana Violeta quedó como la fuerza de aquel deterioro momento cuando quedó como el sol en cada día. La mujer de edad de oro quedó con tanta fuerza y con tanto recelo de celos de vida como el sol en el alma y, más, en el solo corazón. La mujer de edad de oro de nombre Ana Violeta fue como el recelo de la sola verdad por ser como el solo sol. Ana Violeta fue como el sol, con tanta libertad, supremacía y autoridad esperando a que el destino fuera como todo el sol. Ana Violeta quedó como la fuerza, como el ímpetu o como todo el sol cuando logró atemorizar de espantos como la fuerza del alma y del sosiego esperando amarrar el trance del reflejo en esperanza cuando ocurre el delirio de un mal momento cuando fue sólo como el sol. Ana Violeta fue como el sol y como el deseo de entrever la razón en petrificar la espera inesperada en atraer la fuerza en la espera inesperada de un sólo mal espanto. Ana Violeta quedó como la mujer de edad de oro, cuando en el alma recordó a aquel mal tiempo o aquel suceso cuando en el alma y en el corazón edificó la tormenta como la lluvia de aquella noche fría. Ana Violeta fue como el tormento y, más, como el sol en el cielo, pero, esta vez, sucumbió y zozobró de llanto y de paz y de libertad esperando a que el cielo resplandeciera como el cometa de luz con todo el sol en el cielo. Ana Violeta cayó en redención cuando en aquel momento edificó la forma atrayendo la fuerza y como todo el sol en los días. Ana Violeta sucumbió en un sólo trance edificando el sol en el cielo mismo. Ana Violeta quedó como el sol en el día, cuando calló lo que calla una dama como fue la expresión de aquella noche que dijo así… -¨la mañana de mañana saldrá el sol nuevamente¨-. Y, así, fue que el nuevo sol renació y edificó la forma de atraer la forma y la manera de creer en el alma y en el corazón en edificar la forma de saber que el silencio mostró vida por ser como el sol y, sólo, Ana Violeta quedó como ese sol en el cielo. Ana Violeta quedó como el alma o como el corazón mostrando la ira y la sola salvedad en creer en el alma y en el solo corazón irrumpiendo en un sólo buen deseo y es que ella sentía que era como el sol. Ana Violeta quedó como los celos incongruentes, indomables, e inquebrantables, cuando sólo quedó como el alma y como todo el sol en los días cuando en aquella noche se impacientó y adoloridamente quedó como todo el dolor. Ana Violeta quedó como todo el sol en los días cuando sucumbe como el sol en el cielo. Ana Violeta fue como el mismo sol cuando en la noche aquella expresó que… -¨la mañana de mañana saldrá el sol nuevamente¨- y, así, fue que el sol renació como todo el sol en el cielo. Ana Violeta quedó como el alma y, más, como el deseo por ser como el sol y fue la mujer que no caducó en el tiempo ni en el sol en el mismo cielo. La vida de Ana Violeta sucumbió en un sólo trance cuando amanece al día siguiente cuando en la noche anterior esperó por el tiempo y, más, cuando expresó lo que siempre ha expresado para tomar más fuerza y, más, ímpetu como el calor de todo el sol en el mismo cielo y, es así, que… -¨la mañana de mañana saldrá el sol nuevamente¨-.

Ana Violeta esperó a que el mañana cambiara de espantos y de fuerzas en el alma. Y, así, fue que Ana Violeta, esperará por el amor porque sólo quisiera ser como el torrente de sensaciones tan frías como el sol en el alma y, así, fue como todo el sol en el cielo cuando fue la mujer que todas quisieran ser. La libertad, la autoridad y la supremacía se debaten en que el cielo se llena de todo un sol cuando se enaltece de espantos nocturnos y cuando en el alma y en el tiempo no encrudece de tiempo. Ana Violeta cree en el tiempo y, más, en la osadía de creer que el sol era ella, así, todo fue como la forma y la manera de ver en el cielo a todo un sol. Ana Violeta quedó como todo el sol en el cielo y fue la mujer, la libertad, la paz y, más, que todo, la manera y la forma de atraer en el alma la vida y, más, el sol en el cielo mismo. Ana Violeta quedó como todo el sol cuando esperó por el tiempo y, más, como todo el sol con los días. Ana Violeta calló lo que calla toda dama y es a todo un sol en el cielo. Ana Violeta quedó como el tormento y como el sol en todo el cielo cuando con los días, expresó la frase que decía, la cual, dice así, -¨la mañana de mañana saldrá el sol nuevamente¨-. Ana Violeta quedó como el sucumbir o zozobrar con el deleite trascendental porque permaneció como el dolor en el alma o con el reflejo del sol en cada espejo del alma cuando en el corazón se alegró por tanto y por todo cuando fue como el sol resplandeciente y muy universal en el cielo mismo. Ana Violeta quedó como el sol intransigente y muy delicado en hacer que la fuerza en esperanza creará como la forma, la manera en atraer que es como el sol mismo. Ana Violeta zozobró en el trance, si amenace como la rica forma de ese sol en el mismo cielo cuando en aquella noche expresó lo que expresó y dijo que… -¨la mañana de mañana saldrá el sol nuevamente¨-. Y, así, fue que en cada recelo del alma de Ana Violeta salió el sol y el sol era ella como toda mujer en el alma y en el corazón. Ana Violeta calló lo que calla una dama cuando es la vida con ella y ella con la vida. Ana Violeta, con valentía, supremacía y autoridad, delibera que ella es el sol y como es el sol, ella permaneció con su alma y su corazón cuando una dama calla lo que calla una dama. Sí, por aquel mal suceso que, sólo, llevó a Ana Violeta a la cúspide a ser la mujer como el sol mismo.



FIN