Mujer de entre mujeres, valiente donde las haya.
Con su dolor me dió la vida,
de su amor sale mi sonrisa.
Señora de la que siempre fue mi casa.
Siendo faro de la razón,
de sus flaquezas saca fuerzas,
y haciendo de tripas corazón
convierte toda debilidad en fortaleza.
Con cinco panes y dos peces
su cordura nunca pierde.
Y haciendo de la necesidad habilidad,
demuestra así con creces
que no hay ser que le haga frente.
Es aquella que tanto admiro y por madre tengo,
la que tanto aprecio, mucho quiero y todo debo.
La única mujer que no merezco.