Franjablanca

Cal y arena

Propicia el tal para cual

otra reacción en cadena:

tú dándome la de cal

y yo aportando la arena.

Sumidos en tal percal,

nos sobran glorias y penas,

las voces de los demás,

los eslabones y escenas.

Cuando sea el juicio final

repartiremos condenas

de forma proporcional,

incluidas las lunas llenas.

Y ya, para terminar,

te invito a la última cena,

sin más pan para mojar

que la piel en cuarentena.

 

 

Sobre la cama, tu cuerpo;

sobre tu cuerpo, la luz;

sobre mi mente, el deseo;

en mi deseo estás tú.

Entre mis dedos, tu pelo;

entre tu pelo, una flor;

en su interior, el más bello

desafío entre tú y yo.