Soneto digital
Escrito está en mi tumba el epigrama
diciendo todo aquello que mantuve;
lo guardé como siempre en esa nube
para grabarlo en letras del programa.
Aunque el polvo del tiempo se esparrama,
mi voz quedó en la red, y la contuve;
y mi alma, en cada verso aún la tuve
y ese fuego que ardiendo siempre llama.
No muere lo que en códigos se encierra,
ni aquello que en silencio se comparte,
pues vive el alma libre en otra parte.
Y si alguien, en la sombra, me recuerda,
sabrá que no hice pacto con la tierra:
mi eternidad la hallé dentro del arte.