Eres ejemplo que guía y da confianza,
en la lucha constante de días escasos.
Tu voz es refugio, tu abrazo un hogar,
en ti siempre se encuentra sosiego.
Hermandad sincera, sin sangre ni nombre,
pero más verdadera que la de muchos hombres.
Confianza tejida con hilos de tiempo,
de risas, de lágrimas, y de cada intento.
Tu lealtad no flaquea, firme en la tormenta,
como faro encendido que nunca se ausenta.
Debes caminar con confianza, sin pedir nada a cambio,
solo sabiendo que hay un lazo invisible que une.
Te quiero, amiga, como a una hermana,
de esas que el alma jamás olvida.
Por todo lo que eres, por todo lo que das,
gracias por dar siempre mucho más.
G3