Un grito
Es un grito con orgullo el que requiero;
es un grito de mi tierra tropical,
donde vibre el paraíso sabanero,
recorriendo por la América Central.
Es un canto con pujanza cristalina,
melodía de alma, mente y corazón:
solo ruego por mi América Latina
que es mi arte, mi camino y mi región.
De los Andes, de la Pampa y Amazonas,
de la tierra de Neruda e Isabel,
elevemos con firmeza las coronas;
mil sonatas que son hechas de laurel.
Solo un canto yo persigo, sin banderas,
solo un himno que se escuche a viva voz:
defendamos con honor nuestras trincheras,
nuestra extirpe, nuestro fruto, del feroz...
Que, desde Patagonia, el Orinoco,
se eleve el pedestal de la victoria:
un grito que recorra con euforia,
un trino que se cante, poco a poco.
Somos hijos del cacique Guicaipuro,
de Atahualpa, Diriangén y de Simón;
y estrechemos nuestras manos al futuro,
defendamos nuestras tierras del león.
Samuel Dixon