Poesia de un perico
Por Jorge Aguilera
No tuvieron mucha dificultad enseñando a un perico a escribir poemas. Primero lo soltaron de su jaula pequeña, despues le pusieron un lápiz, cuaderno y un espejo.
El intrigado por su plumaje verde con unas cuantas plumas rojas se puso a dar vueltas y en minuto se coqueteaba.
Entonces el Dr se inclinó sobre su hombro y le susurró al oído.
¡Pareces una aguila ahí parado!
Libro de poemas de amor y vida
Capitulo 121