Me quedo meditando en la distancia
que existe de la tierra con el cielo;
y suelo compararla con lo nuestro,
mirando que tu amor de mi se escapa.
Si miro que la luz de la alborada
se nublan con las nubes del invierno;
la miro cual la lumbre de mi sueño
nublado con la sombra de tu marcha.
Es triste imaginar que los momentos
tan llenos de ternura que me dabas;
se vuelvan de repente seco yermo;
que mata de tristeza la esperanza,
de aquellas ilusiones que tejieron
de siempre ser el sol de tu mañana.
Autor: Aníbal Rodríguez