VICEVERSOS
Danzan dentro de mí
ángeles y demonios
en coordinada armonía
al compás de mi trompeta.
No me domina la ira
ni yo la domino a ella
pues hago de los pecados
virtudes
y viceversa.
Pídeme lo que quieras, te lo doy,
mas no me hables de arrepentimientos.
Mi conciencia
se la doné al diablo
sin pedirle nada a cambio
y la verdad,
que era mía,
se la cedí a dios un día
en dádiva de despedida
antes de decirle adiós.
Desde entonces
soy libre.