¡Ay, vecina, usted no supo lo de anoche!
La Yajaira, sí, la del colmado,
la que dice que es seria y todo decente…
¡la encontraron saliendo del carro de Menandro!
Dicen que eran casi las tres de la mañana,
y ella con ese vestidito rojo apretado,
y Menandro, que tiene mujer y tres hijos,
la tenía agarrá como si fuera su regalo.
¡Y eso no es todo, escuche este lío!
Cuando doña Beba los vio desde su balcón,
se santiguó tres veces, bajó como un rayo
y le gritó: “¡Sinvergüenza! ¡Eso no es amor, es traición!”
La Yajaira se hizo la loca, “¿yo? ¿con él?
solo me dio una bola porque llovía…”
pero tenía el labial corrido y el moño al revés,
¡y Menandro con la camisa por la barriga!
Ahora en el barrio no se habla de otra cosa,
que si fue verdad, que si fue una confusión,
pero yo te digo, y esto queda entre nosotras,
que esa historia huele más a pasión que a equivocación.