ale_asad

El arte de desenamorarte

Tú dijiste:
Hoy miro a los ojos de una persona que no amo. Y me duele. Me duele más de lo que debería. ¿Cómo llegué a esto? ¿Qué clase de infierno es este, donde alguien que me ama se convierte en mi prisión silenciosa? ¿Esto… es amor? Son esos ojos… los que supuestamente aman más que una madre, tan llenos de entrega, tan fijos en mí, tan rotundamente sinceros. Y yo no puedo devolverles nada. No los sostengo. Los esquivo. Los veo de reojo... porque si los miro de frente, me quiebro. No quiero dañarlos. Dios, cómo los adoro... cómo los admiro... Pero no los amo. La admiración no es amor. Tampoco lo es el deseo. Ni la ternura. Ni siquiera la confianza. Y sin embargo… aquí estoy, fingiendo que siento lo que no me nace, ahogándome en una mentira que me repite al oído: “Al menos te quiere alguien.” No me miren más... Ojos que fueron refugio y hoy son un castigo. Ojos que me desgarran por dentro con su pureza. Me destruyen. Se supone que estaba enamorado de otra persona. Se supone que mi alma ya tenía un nombre… no estos ojos que me buscan sin saber que ya no estoy. ¿Por qué me arrastro por migajas de cariño? ¿Por qué sigo mendigando sueños que siguen pudriéndose en mi mente? ¿Por qué insisto en llamar a esto amor, cuando lo único que siento… es cansancio? Ya no hay mariposas. Ya no hay vértigo. Solo miedo. Solo silencio. Solo un cuerpo que no quiere estar, y un alma que no puede irse. No puedo enamorarla cada día. No puedo fingir más. No puedo ser el héroe que ella cree ver en mí. Odio esta idea del amor que llevo incrustada como una espina. Odio este amor romántico, ideal, perfecto… que nunca viví, pero que aún espero como un idiota. Y tengo tantas ganas de irme… Tantas. Ganas de gritarle al mundo todo lo que no cabe en palabras. Ganas de decirte que aún quiero enamorarte, pero no por capricho. Porque alguna vez lo sentí, y aún guardo los restos de ese sentimiento, como quien guarda el cadáver de un sueño en un cajón. Hoy ya no queda nada. Y sin embargo, sigue doliendo como si aún hubiera algo. Dormí solo para verte en mis sueños, y aquí estoy, despierto en la misma cama, escribiendo algo que te va a destruir. Y lo acepto. Porque yo ya estoy destruido también. Ya no importo. Nada de esto importa. Solo dime que esto es un juego. Abrázame, miénteme… Hazme creer que no te estoy rompiendo en pedazos. Y aunque no te amo… intentaré curarte, aunque eso signifique ser el veneno que acabe con todo. Solo quiero ser alguien que recuerdes con rabia, con nostalgia, con dolor. Quiero ser la cicatriz, el nombre que no puedes pronunciar sin temblar. Cuando ames a otro, cuando lo mires como me miraste a mí, cuando jures que esta vez es diferente… ahí, quiero que me recuerdes. No por lo bueno. Sino por lo que te rompió. Cuando mueras y me olvides… cuando todo esto ya no signifique nada… este texto quedará enterrado.