Encerrada me encuentro entre cuatro paredes.
He perdido la llave para salir de este calvario.
Jugando al tin marin con mi soledad,
quizás la ruleta rusa me podría salvar.
El amor que tenía fue drenado, mis sueños terminaron ahogados.
Ya no sé quién soy ni lo que quiero.
Me toca pudrirme en este infierno.
Marchitas las flores del jardín, marchitas mis ganas de vivir, marchito el mundo que deseo, las nubes grises cubren el cielo.
—Limoneyes