al pasar la lluvia tan frenética
tan fugaz, tan eróticamente fugaz
que cerramos ventanas, puertas y demás
pero pasó rápido, San pedro vació sus toneles
de agua fresca y no dejo huella alguna
ya salió el sol y una nube de zancudos
amenaza con comernos vivos
la Troje sigue igual, sola y desierta
la niña sigue desnuda esperando que alguien la vea
se acerque y la abraze
ya lleva dos años, esperando, sus cabellos
están sucios, opacos, del color de la paja
y ya no tiene lágrimas de tanto llorar
la lluvia borra todo, las huellas del tiempo pasado
la niña es la paciencia, es la esperanza
de un mundo mejor, que no llega
que nunca llega, y ella espera
que termine la guerra, que se calmen los vientos
que tiemble la tierra, que se caiga el cielo
la niña se llama Paz
pero nadie la conoce
miserable mundo hediondo, podrido
lleno de miércoles por todos lados
y mientras tanto, el sol brilla de nuevo
la sangre mancha las paredes
pero, aquí, no hay novedad.