Maldigo la mañana Qué me hace bella
Y me niega el privilegio de ofrecerte
El taconeo rotundo de mi paso.
Maldigo la noche, eterna ausencia
Que convierte en sombras a los hombres
Dejándolos a merced de otras sirenas.
Maldigo el sol que me hace recordarte
Y maldigo la tierra que ahora piso
Al volverse estéril sin tu paso.
Porque si ti ¡ mi amor,! no existe la mañana
Y la vida se convierte en una espera
Que me enfrenta a la vigilia de tu ausencia.
Mis brazos se han quedado yermos al no poder acogerme a tu ternura
y es consuelo vano recordar tu risa,
tus manos, tu cara y tus caricias