Javier.

SIN ANUNCIARTE

Y vas a llegar sin anunciarte,
como se derrama el vino cuando la mesa ya sabe tu nombre.
Vamos a desvestirnos de los días,
de los pronombres,
de las veces que el mundo dijo \"todavía no\"
y vas a habitarme,
como se habita un libro leído a escondidas:
con la boca primero
y luego con todo lo demás.