Esta historia que dejó marca… sin tener años,
es una bella historia,
de un corazón atrapado por no ser libre.
Todo llegó sin saberlo,
sonó sin escucharlo,
y prendió sin sentirlo.
Es un bello amor que no florece,
pero se siente fuerte:
una niña queriendo amar sin prisa,
y un adulto sintiendo ser adolescente…
Son sus corazones los que laten sin parar,
mientras la distancia se interpone
para que no se cumpla
y no sufran más.
Solo quedan las redes,
las fotos,
y las músicas que marcan,
y los hacen llorar…
Y aunque el silencio diga “no más”,
en cada nota hay un “te amo” vital.
Cierro los ojos y te siento aquí,
aunque estés lejos…
te siento latir.