Andrik Navarrete Arias

Fragmentos de días

I 
El sol brillaba naranja. 
El aire tranquilo abajo 
y los pájaros cantaban, 
desde ceibas, para el cielo.  
 
II 
Dos aves negras salieron del cielo, 
desaparecieron entre las nubes; 
nubes púrpuras y candentes rayos, 
tímidos rayos de sol. ¡Adiós, día!  
 
III 
Vi un álamo, alto, ramas encorvadas. 
Hojas cuelgan por sobre agua y perfume, 
suspirando por las gentes que amaron. 
Sobrepasando la arena del tiempo. 
 
IV 
Andando solitario, vi posado 
—en medio del campo— sobre su altar 
a un buitre, reposando satisfecho; 
tras cuando en otro, nuevo y bello día:  
¡El aire despide a la pestilencia! 
 
V 
Un haz de luz revive, vencedor 
contra el cortinaje de la tormenta, 
que, como capa negra de rey fastuoso, 
pareciera cernirse sobre mi alma. 
Agradecido, noto las bondades 
de la Tierra, para el bien del ser vivo.