el brujo de letziaga

¡Ay, Dios de la noche!

Llego arrastrándome
con este poema de letra triste,
pues me he quedado tiritando y sin aire...

 

No espero a nadie,
ya que la vida no aprende a besarme,
en esta tarde de nieve...

 

¿Cómo enviar este mensaje?
cuando redoblan los tambores de mi fiebre
a ritmo intenso y fuerte...

 

¡Ay, Dios de la noche!
si tal vez el manso día no cayese,
quizás recuperaría la salud que antes tuviese...