En mi balcón anochezco,
cuando en la memoria todo se ha consumido...
Incluso al tiempo pasado
que por el extenso cielo lo he liberado...
Y resisto a la noche solo
porque a mi ayer ya no lo tengo dentro,
tan despreocupado estoy
que canto canciones que espantan al recuerdo...
Más por ello escribo,
que ya no me hace falta saliva, piel y beso,
solamente el opio,
que me invite a un extravío mágico...
Me adormezco hechizado,
en este íntimo instante como un milagro...
es un viaje-sueño
hacia el relax que produce todo olvido...