¿Alguna vez en otro mundo,
en otra vida o con otro rostro
habrá un cuidado para mí,
algún minúsculo tierno mimo?
¿Alguna vez me elegirá el amor
sin vacilación ni temblores,
como quien halla en su mundo el sol,
y lo resguarda sin miedo al resplandor?
¿Alguien me mirará y sabrá
que el amor no es ningún juego de azar?
¿Me elegirá sin vacilar de compañera
empeñando su esfuerzo en amar?
¿Alguna vez el mundo dejará la sordera,
y alguien, al menos uno,
hará eco al sonido de mi voz
buscándole cierto sentido?
¿Alguna vez mis pasos no dolerán
ni el espejo será mi eterno enemigo,
ni los brazos se estirarán al vacío
como árbol herido en la tormenta?
¿Alguna vez alguien me dará su tiempo?
¿Alguna vez no tendré que gritar
para escucharme solo a mí misma
pidiendo un mendrugo de cariño?
¿Alguna vez terminaré todo en el arrebato
de contestar mis dudas o alcanzar mis sueños?
¿Alguna vez Dios se cansará de oír mis lamentos
y finalmente me llevará con Él?