La vida es un regalo de Dios
el no nos es indiferente.
Podemos inventar luchas
pero solo vale la pena
vivir para Él.
La paz nos dejó y
la paz nos dio su hijo,
para que conversemos
con otros y busquemos
infinitas ventanas al cielo.
Mi yo idealista no existe,
mi yo guerrero debe ser mas
monje que templario.
De antemano sabemos que
las bombas caen,
desde drones, desde aviones, desde baterías.
Los asedios van y vienen,
por voluntades humanas…
Pero tú, acompáñame a hacer la paz.