No queda nada profano
que me divierta
o que me sorprenda,
y no es que haya perdido
el gusto por la vida,
o que me haya hecho cuquisanto,
es que le agarré pereza
a la apariencia de felicidad
bajo risitas destempladas,
es que ya no soporto
la hipocresía consuetudinaria
con sus absurdos blanqueamientos
de sonrisas y de reputación.
Hoy prefiero y elijo
mi soledad de compañía,
y renuncio a la necedad de forzar
palabras o afectos
para que sean puentes
que poca gente quiere cruzar.
Alexander Elías2025
#SerEscritura
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