¡Ay de la infancia!
¡Contenta y marchita!
Mil tambores de plástico bruñido
narrarán mejor que un servidor
el color de un genocidio matutino
¡Sol, levanta!
¡Levántate esponjoso!
el Rey de la Guerra con reposo
admira la exactitud de su danza
la matanza del oso por el oso
¡Aquelarre de peluches!
¡Diversiones delirantes!
Suspiros macabros vertieron su arte
Suspiros cansados del ayer cercenado
Suspiros con piruleta por estandarte
¡Se agita el muñón!
¡El algodón vuela!
feroces arqueros, ositos de pana
habitan ociosos un campo de ante
deshilando lo hermoso con hachas de lana
¡Remiendos de invierno!
¡Batallón de guisantes!
viven y mueren, sin saber por qué
arden los peluches bajo el campo de ante
mientras su dios juega a ser padre
juega a ser muerte, sin saber por qué