Admiro la luz de tus ojos,
valoro, grato, tu cabello,
exalto el albur de tu talle,
venero el talud de tus pechos.
Elogio el color de tu rostro,
el terso curso de tu cuello,
celebro el mohín de tu boca
e invoco el ardor de tus besos.
Hago tributo del contorno
iridiscente de tu cuerpo,
estimo su núbil pureza
y tu piel, ascua, brasa y fuego.
Alabo el vaivén de tus nalgas,
añoro el calor de tu lecho,
adoro el candor de tu lumbre,
bendigo el vergel de tu sexo.