Vengo de tierra vieja,
que ya da su último aliento,
donde su caña se pone añeja
y en pedazos, sus cimientos.
Esa es mía, mía la tierra,
que toca el último respirar,
que visto de hojas sin fallar
a sus campos libres de regar.
No me abandones, tierra vieja,
me quedo desolado si te vas.
No me desampares, tierra vieja,
me pierdo de mil vidas si te vas.
Vengo de tierra vieja,
vivo entre calles sin pavimento,
porque para dejar huella
debo explorar a paso lento.
Esa es mía, mía la tierra,
en la que rasco frutos de raíces,
en la que crecen lirios tristes
Que entre huracanes,
crían a los girasoles más felices.