No ha reclamado el día
el arduo y oscuro
designio de tu malevolencia.
Lo vendiste y regresó
lo humillaste y perdonó
lo infiltraste y te siguió los pasos.
No puedes segar
la vida en flor
del que muere en cada nacimiento.
Un arrancar de almas,
un vapor de voces,
un razonar de soles,
un rumor de sueños.
Manifiesto…
OLLIN
01/01/2014