Salva Carrion

¡Salve!, Calíope, verbo sagrado,

 

¡Salve!, Calíope, verbo sagrado,

musa del súbito conocimiento;

con la métrica de tu épico canto

llevas tu arte a mi poema soñado.

 

De tu numen divino y venerado,

hallo el sabio consejo de tu encanto;

tu lirismo me abriga como un manto

y fluye el son del vate laureado.

 

Me diste la gramática precisa,

las rimas y el acento musical,

la pausa justa, la vocal concisa.

 

Bajo tu mirada ilustre que hechiza,

declamo la puntuación magistral

que a la excelsa poesía eterniza.