Tengo la espalda muy ancha
para cargar con la ausencia
de tu desequilibrada estancia.
La barriga, pesada,
tal vez me llene
con las migajas
de aquel amor
que, según yo, sobraba.
Las piernas, muy cortas,
quizás para no alcanzarte
cuando quiera filmar mi derrota.
Ir corriendo a buscarte,
sobre ti lanzarme,
y por un minuto...
olvidar
que me rompiste
el corazón en mil partes.