arboldesombra

El amor no muere, hace otra cosa más cruel

El amor no termina, 
se transforma en ausencia


El amor no muere.
Hace otra cosa más cruel:
se queda quieto.
Se vuelve sombra,
se hace eco,
vive en los pasillos
como una canción
que nadie pidió.


Yo ya no te amo con las manos.
Te amo con el recuerdo.
Con esa tristeza que no tiene nombre
pero tiene tu aroma.


Tu cuerpo es ahora un país perdido.
No sé cómo volver,
no hay mapa que me lleve a tus muslos,
no hay madrugadas que me lleven a tus senos,
no hay tren que cruce el abismo de la noche.


A veces me hablas
desde el fondo del insomnio,
y me dices:
“no fue amor, fue destino”.
Y yo te creo,
porque en mi pecho
el amor aún tiene hambre
de besar en tu boca la alegría.


No me queda odio.
Ni rabia.
Sólo una ternura cansada
que se sienta conmigo a fumar
cuando todos duermen,
cuando los perros aúllan sus fantasmas.


Y si algún día muero...
quiero que sepan
que fue por amor.
No por un disparo,
ni por la edad,
ni por el corazón enfermo.
No.
Fue por amor.
Porque amar tanto
cansa el alma.
La desgasta.
Y un día ya no cabe en el cuerpo.


Pero antes de irme,
déjame decirlo claro:
Si volvieras,
aunque fuera por un minuto,
yo volvería a escribirte
con la lengua,
con la sangre,
con las uñas.
Volvería a morirme por ti,
sin arrepentirme.