BESAR SE PUEDE
Besar se puede, y vaya que se intenta,
desde el rubor que calla la mirada,
hasta el adiós que, lento, se lamenta
por no ser beso y sí palabra helada.
Se puede con un guiño en la distancia,
con un suspiro al borde de la piel,
con labios que se rozan por fragancia,
o un roce que no quiere ser infiel.
Besar se puede con temor o prisa,
con sed de ayer o con sabor a nunca,
con alma rota que aún busca una brisa
o con la fe que el corazón pronuncia.
Hay besos que son trampa disfrazada,
hay otros que son pacto y son canción,
hay quienes besan sin decir más nada
y quienes besan dando el corazón.
Se besa por costumbre, por instante,
por desafío, impulso o por dolor,
pero el que besa y queda en tu semblante
es quien lo hizo sembrando puro amor.
Porque besar se puede en mil maneras,
pero el más noble, el más real y eterno,
es el que nace de almas verdaderas…
y no se olvida porque besa el alma, Ser interno.
Roberto D. Yoro