¿Porque si el corazón aún palpita
y vibra con la fuerza del tornado,
se debe acongojar por otro ingrato
y duro corazón, que amor esquiva?
¿Porque debo sentir que de mi vida
las luces del ensueño se apagaron?
¡Si aún en el ocaso escucho pájaros
que ofrecen con sus trinos armonía!
¿Acaso debo ser el triste bardo
que escribe con pesar su tierna rima?
¡Si aún, con gran fulgor en el espacio
la luz de las estrellas siempre brillan;
trayendo de esperanzas regio manto
que siempre nuestros sueños los abriga!
Autor: Aníbal Rodríguez.
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