En el jardín del alma florece,
una luz que nunca se desvanece,
es la amistad, dulce compañía,
que ilumina el día y la noche fría.
Mano que sostiene sin condición,
voz que escucha el corazón,
risa compartida, abrazo sincero,
un refugio firme, un amor verdadero.
No importa la distancia ni el tiempo,
la amistad es un eterno sentimiento,
puente invisible que une dos vidas,
en las penas, en las risas compartidas.
Gracias, amigo, por estar presente,
en cada instante, fuerte y valiente,
porque en ti hallo un tesoro sin igual,
la amistad que es luz, paz y manantial.