MURCIÉLAGOS.
Me inquieta el movimiento no descubro la razón de porqué nunca paran de frenética reación.
Aletean a mil por hora con quiebros de rigor, giran y voltean mareando al espectador.
No brillan ni tienen canto ni majestuosos son.
Pero encandila mirarlos con meditación.
Al crepúsculo diario justo en la raya de la tierra y el sol ,los espero con impaciencia con profunda ilusión.
Que forma tan peculiar, mitad pájaro mitad ratón , cabeza de zorro y dientes de león.
Aleteo insaciable, enemigo de polillas y mosquitos , compañeros del atardecer.