Ermitaño Soñador

TE OFRESCO MI AUSENCIA

En el eco de tus palabras perdidas, 

se deslizan promesas de amores marchitos, 

y aunque el viento susurra, las verdades son frías, 

te entregué mi alma, mis sueños escritos.

 

Fui un faro encendido en tu oscura noche, 

un refugio cálido en tu llanto y en tu tristeza, 

más de ti solo he recibido tu reproche, 

¿qué puedo hacer si mi amor no te interesa?

 

Si en tus ojos ya no brilla la llama, 

y el susurro del tiempo disuelve el abrazo, 

ofrecerte mi ausencia, y que termine esta trama, 

de un cariño desgastado, sin rima ni lazo.

 

Que la distancia se enrede en tu pecho, 

como un perfume que aún trae mi esencia, 

sí mis gestos fueron meros espejos, 

en la sombra de un adiós, ofrezco silencio y ausencia.

 

Adiós a lo que fue, y a lo que pretendía, 

un sutil desvanecer, un acto de entrega; 

si no hay lugar para mí en tu melodía, 

dejo mi huella en el aire, y en la brisa se niega.

 

Así, sin reproches, me alejo sereno, 

como un susurro que se lleva el viento, 

y en la soledad florece una pena 

que sabe que el amor, a veces, es lamento.

 

Si todo lo que ofrecí no fue para ti suficiente, 

no me aferro al pasado, no ruego por más; 

te ofrezco mi ausencia, porque sé que soy valiente, 

para que encuentres en tu senda, un nuevo compás.