el brujo de letziaga

Haz que mi corazón se abra.

Me llegas con la noche oscura,
en el momento amargo y en la hora oportuna,
María, que llena eres de gracia...
con esa mirada cordial que decora mi estancia...

¡Qué sutil pureza tiene tu amor, María!
Luz matinal de claro día,
que a mi corazón le llenas de gozo y esperanza...
eres la sacra maravilla...

Haz que mi corazón se abra,
para sentir a tu Hijo amado en mi entraña,
viviendo su palabra
y en consecuencia serme de gran ayuda...

Al comenzar este poema ya lo presentía,
que tu amor me colmaría,
pues a mi soledad la tumbas con tu compañía,
llenándome de plena alegría...