Qué aburrido es recibir migajas.
Qué triste no darlo todo.
¿Qué te motiva,
si no eres intenso?
¿Cómo vives,
si nada te hace arrancar?
Yo lo quiero todo:
con defectos,
tristezas,
y verdades que duelen.
Tengo tanto para dar,
y tú decides callar,
opinar poco,
guardarte todo.
Yo quería conocerte,
desarmarte,
ser parte de ti.
Tú no querías nada.
No sabías qué hacer,
ni quién eras.
Ojalá hubiéramos coincidido
en otra vida,
otro tiempo,
otra ciudad.
Esta no fue la nuestra.
Se nota.
Quedó claro.
Tú quieres explorar.
Yo quería prioridad.
No te juzgo, es normal.
Yo también lo quise.
Pero ahora te quería a ti.
Con todo.
Con defectos.
Las tristezas.
Y las verdades
que aún están doliendo.