DianaReydz

Desde aquí.

Desde el más estricto silencio.

Desde ésta habitación con las cortinas siempre cerradas y ventana abierta...

Empiezo a escribir melancólica, y a la vez, estás líneas en una mezcla de pensar en ti y en la situación que sin haber pasado aún los días sé que aguarda.

Nuevamente debo ser fuerte, no tengo de otra.

Y como quisiera tener a alguien que me diera su apoyo.

Pero, no.

Lo único que me sostiene es Dios y mi esperanza en él.

Él, sabe lo que me duele, lo que me preocupa, lo que hay en mi ser.

Si estoy en pie es por él.

Y si no cuenta aún con esa persona que esté a mi lado ahora...

Quiero pensar que es por un motivo que aunque no entienda, es para mí bien.

No se si la vida me dará la dicha de vivir alguna vez el amor junto a alguien.

Como tampoco sé cuántos años me quedan en ésta tierra.

A duras penas sé que mi enfoque debe estar en el aquí y en ahora.

Porque no hay más que eso.

El ayer ya pasó y el mañana es incierto.

Debo seguir caminando, avanzando a mi ritmo, no al del mundo.

La paciencia debo hacerla crecer y la confianza necesito no perderla.

Hoy el cielo está gris, la lluvia ha caído y el rocío de ella gotea de las ramas y hojas de las plantas.

Hoy mi alma siente temor por los días que se avecinan, por esas circunstancias que cuando se presentan a todos desafían.

Por eso, a pesar del temor, le creo a Dios. Tengo fe.

Allá afuera nadie puede darse cuenta que tengo temor, mucho menos las personas que me quieren. Ellas, menos que nadie.

El mundo se ha vuelto una jungla y si te ven débil te devoran.

Debo mantenerme serena y no dejar que mis pensamientos cuál demonios hambrientos se alimenten al dejarme llevar por el miedo.

Podré llorar sí y ellos como hienas se reirán en la oscuridad, mas no voy a doblegarme. Dios está conmigo. Y tengo amor, amor que él me dio y el amor es poderoso. Es el faro que guía mi embarcación y él me permitirá llegar a buen puerto, hasta que me toque irme de éste mundo.