POSIBLE O IMPOSIBLE
Posible… ¡ah, dulce palabra que me alivia el corazón cuando arde!
Imposible… sombra cruel que lo convierte en piedra, como losa de cementerio.
Decidme vos, dama de mis desvelos, ¿cómo he de vivir entre lo uno y lo otro, si mi alma navega entre el cielo de tu presencia y en el infierno abrasador de tu ausencia?
Es posible que mi ser os sea indiferente,
pero imposible no os cautive esta poesía.
Posible es que mi voz no halle eco en vuestro pecho,
pero más imposible aún es que el silencio me detenga.
Parece imposible que sólo tenga ojos para ese impostor sin alma, lleno de palabras huecas, versos vacíos que no encienden llama viva.
Es posible que le crea, que la cautive,
pero imposible que no se dé cuenta.
¡Oh, tirano maquiavélico,
tú que prometes el cielo
sereno disfrazado de tormentas,
pintas la calma con nubes traicioneras,
y escondes el trueno bajo las caricias de un falso poeta.
Haces del amor un juego de máscaras.
De la ilusión, un arma delicada.
A mí no me engañas con tu seducción barata,
porque soy yo quien viene sin armaduras,
con promesas que no tiemblan al primer seísmo.
Soy yo el poeta de alma expuesta,
el que le escribe con palabras que no fingen,
el que no se esconde tras metáforas vacías.
Por eso y mucho más,
le ofrezco lo posible, señora mía,
porque lo imposible se escurre como humo entre los dedos.
Le ofrezco mirarla de cerca, porque es imposible seguir haciéndolo de lejos.
No vengo a prometerle lo eterno,
pues aun los astros tiemblan… y mueren.
Vengo a ofrecerle el temblor de un simple beso,
la muerte de vivir una soledad vacía.
Le amo…
es posible.
Le sueño…
es imposible negarlo.
Pero usted no sabe lo que no conoce:
la luz de aquel que se esconde en las sombras.
Dude que las estrellas sean de fuego.
Dude del sol y su danza en los cielos.
De los lobos disfrazados de ovejas.
Pero nunca, nunca dude del amor que yo siento.
Escoja entre lo posible y lo imposible, querida doncella, pero recuerde:
si le ofrezco lo imposible jamás llegará ser algo concreto.
Elija la posibilidad de ser amada,
con una sola condición:
Que me diga que sí.
— Jordi Etresi
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