De Tanto Perder
De tanto perder, aprendí a ganar,
aprendí a soñar, a llorar,
dibujando sonrisas
que llevo en mi ser.
Conozco tanto el piso como el cielo,
solo miro, toco, siento
en mi imaginación.
¡Mañana! Tantas veces aprendí
a sumergirme.
¿Qué siento al poder flotar?
No lo sé.
El ser humano que he llegado a ser,
en tantas soledades,
aprendí de mí mismo,
y sé que soy
una mera compañía.
Intenté y ayudé a tanta gente,
imaginé que me pedían ayuda,
pero hoy,
es solo un eco,
un leve, pálido sueño.
Y sin embargo,
en cada caída,
hay fuerza en el renacer,
en el pulso de la viDe Tanto Perder
De tanto perder, aprendí a ganar,
aprendí a soñar, a llorar,
dibujando sonrisas
que llevo en mi ser.
Conozco tanto el piso como el cielo,
solo miro, toco, siento
en mi imaginación.
¡Mañana! Tantas veces aprendí
a sumergirme.
¿Qué siento al poder flotar?
No lo sé.
El ser humano que he llegado a ser,
en tantas soledades,
aprendí de mí mismo,
y sé que soy
una mera compañía.
Intenté y ayudé a tanta gente,
imaginé que me pedían ayuda,
pero hoy,
es solo un eco,
un leve, pálido sueño.
Y sin embargo,
en cada caída,
hay fuerza en el renacer,
en el pulso de la vida,
la fuerza de volver a intentarlo,
una llama que arde
y nunca se rinde.
Autor: Antonio Paisda,
la fuerza de volver a intentarlo,
una llama que arde
y nunca se rinde.
Autor: Antonio Pais