Fui un actor del teatro de la vida,
científico del arte y del amor,
sacerdote sabio por el clamor,
y un escultor de dioses femeninas.
Me vieron pasar por cielos amplios,
conociendo a los muertos y los santos,
socorrer los mártires y sus cantos,
asesinando a los hombres de infamias.
Dije ser el creador de la vida,
quien habría de derrocar la muerte,
pero hoy pierdo y me exilian a partida.
El alma mía, por ella se vierte.
entre tanta humanidad ya perdida
naufragué en el mundo a la mala suerte.